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info_outline“Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: ‘Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.’”
Lucas 15:1-2 (NVI)
“‘Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido.’ Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.’”
Lucas 15:4-7 (NVI)
“‘O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: ‘Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido.’ Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.’”
Lucas 15:8-10 (NVI)
“‘Un hombre tenía dos hijos,’ continuó Jesús. ‘El menor de ellos le dijo a su padre: ‘Papá, dame lo que me toca de la herencia.’ Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos.’”
Lucas 15:11-15 (NVI)
“‘Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada.’”
Lucas 15:16 (NVI)
“‘Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti.”
Lucas 15:17-18 (NVI)
“‘Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: ‘Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.’ Pero el padre ordenó a sus siervos: ‘¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.’ Así que empezaron a hacer fiesta.”
Lucas 15:20-24 (NVI)
“‘Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. ‘Ha llegado tu hermano,’ le respondió, ‘y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.’ Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. Pero él le contestó: ‘¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!’ ‘Hijo mío’ le dijo su padre, ‘tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.’”
Lucas 15:25-32 (NVI)